ESCOBAR GIRALDO: UN
LABERINTO MORAL
Luis Alonso Girgado – Diario de Ferrol
El narrador colombiano
Octavio Escobar Giraldo, con un ya significativo bagaje de títulos en su haber,
viene oportunamente a esta página como ganador del Premio de novela corta Ciudad
de Barbastro con su novela “Después y antes de Dios” (Ed. Pre-Textos, 2014). De
momento, la única duda que tenemos es que sea esta de Escobar Giraldo una
novela corta. Por otro lado, lo que leímos de este colombiano, al menos lo más
reciente, es lo publicado en la extremeña Editorial Periférica; no tenemos
memoria de su presencia anterior en nuestro panorama editorial, aunque es posible
que nos falle la memoria.
Pero en cualquier caso, lo
que aquí importa es situar “Después y antes de Dios” como nuevo asedio al tema
del crimen y la muerte violenta en Colombia y a la subsiguiente atmósfera de
descomposición moral del país, visto como un territorio en alerta roja bajo la
vigilancia de sectores y grupos que ejercen eficazmente un trágico control en
lo individual y en lo colectivo. En el centro de esta laberíntica y circular
historia se sitúa un singular narrador-protagonista, “la doctora”, cuya
construcción alcanza una polifacética personalidad humana, suma de víctima y
victimaria, de poder y sometimiento, de afirmación y fragilidad. Una compleja
figura en la que anidan fealdad y lesbianismo e incluso se tiñe de un
persistente poso de religiosidad que impregna otras vertientes humanas,
sociales y hasta políticas de esta rara y distorsionada novela. Las referencias
a El Greco y sus figuras no son para nada ociosas o casuales en esta fábula
narrativa que parte – bruscamente – de un hecho criminal y se desarrolla en
abrupta fuga que el novelista deja en suspenso, abierta; tal vez como incierto
fracaso.
Aunque es Manizales, patria
chica del novelista, el escenario eje, la novela conjuga referencias a la
Colombia rural y a la urbana, manejadas y asaltadas ambas por el terror, el
crimen, la corrupción que el novelista refleja en una esfera menor, entre
personal y familiar; un microcosmos cerrado pero vivo y amedrentador, anclado
en un régimen casi feudal que impone el poder de sus privilegios frente a toda
ley.
Es “Después y antes de Dios”
la suma de no pocos quebrantos, locuras y extravíos; es la destructiva confluencia
de males y daños que atentan contra el derecho a vivir y a afirmarse del
individuo; es la constatación de una imposible modernidad impedida por rancias
tradiciones y creencias, por jerarquizaciones rígidas que inmovilizan cualquier
asomo de libertad en un país desangrado hasta la extenuación.
Estamos, en suma, en
cosmovisión y personajes, ante una historia turbia y degradante; ante una ruta
imposible de violencia, autodestrucción y pesadilla. Todo un conjunto de
fuerzas contrarias chocan aquí, en figuras de dolorosa entraña humana (la
“doctora” especialmente) devoradas por el insaciable Saturno que revive en
Colombia hasta en pequeños e íntimos reductos que los novelistas penetran una y
otra vez con igual diagnóstico, cambien o no los protagonistas. En síntesis,
una nueva vuelta de tuerca al tema de la violencia colombiana como lacra no
extinguida es lo que se deja ver en esta novela de Escobar Giraldo.
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